Después de una buena demostración de la eficiencia de Lufthansa (me "clavan" 70 € por la bici, retrasos de AirAfrique, para luego perderme el equipaje) se me está pasando el cabreo.
Llegué el viernes a Helsinki con un tiempo fuera de lo normal, más de 20º C y con el exceso de luz de estas latitudes, a las cuatro de la mañana ya es de día. La ciudad es super tranquila, un poco apagada en cierto sentido. Con el sol todo el mundo se tiende en la hierba, en los bancos, proliferan las terrazas. Hacen todo lo posible por cargar sus baterías, al mínimo despues del invierno, un poquito de café para la piel lechosa, canela para la vainilla.
Viejos barcos entre las calles de una ciudad fragmentada en canales, islas y ensenadas, tranvías con vocación de góndola, mercadillos en las plazas.
A las 11h salgo para Tallin (Estonia) tres horas de ferry para cruzar el Báltico descongelado (31 € en Viking Line con bici)
Todo esta muy caro, espero que según baje por el mapa también lo hagan los precios